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miércoles, 19 de junio de 2013
miércoles, 12 de junio de 2013
El artículo que he escogido para realizar este comentario se titula Crear escoles que preparin per al futur.
Una vez más, leyendo este artículo me vuelvo a encontrar con la tesitura de que la educación de hoy necesita un cambio de rumbo, puesto que seguimos estancados en un sistema educativo de más de cien años de edad. Todos estos escritos piden una metamorfosis pensando en el futuro y en el potencial de los jóvenes, un sistema en el que verdaderamente aprendan y que su paso por las instituciones educativas no sea un mero trámite. Por el contrario, el gobierno ha decidido cambiar la ley educativa (que no el sistema), pero para retroceder unos cuantos años atrás; y como bien dijo una profesora en una entrevista que leí no hace mucho: “sr. Ministro ¿Tantos profesionales de la educación (que a fin de cuentas son los que realmente se encuentran en contacto directo con el problema) desde infantil, hasta catedráticos pueden estar equivocados?”
Como bien menciona el autor del escrito, los sistemas educativos occidentales están tan politizados que ya no hablan de los jóvenes, sus argumentos carecen de relación con éstos. Los políticos que deciden las leyes educativas hablan de su versión política de las cosas, intentando “barrer para casa”, con un trasfondo en que lo educativo y beneficioso para los estudiantes queda en un segundo plano. Y el autor se pregunta muy acertadamente dónde están los estudiantes cuando hay que elaborar sistemas educativos, por qué lo que tienen que aprender ellos, es la imposición de otros.
Me resulta muy interesante esta postura, puesto que razón no le falta al decir que los estudiantes son los que deben decidir sobre la educación, ya que no debemos olvidar que la educación es para ellos. Deberíamos ayudarlos a desarrollar esas capacidades, sueños, aspiraciones y habilidades viviéndolas al máximo. Además de ayudarles a conocerse a sí mismos y saber de qué forman parte. Esta debería ser la verdadera meta de la educación y no la meta actual, la de obtener calificaciones al final de cada curso. Otra vez, siguiendo estas pautas vuelve a aparecer la teoría de las Inteligencias múltiples de Gardner, ya que está bastante claro que no sólo existe el tipo de inteligencia que el sistema actual nos dicta.
Para que un cambio sea posible, debemos ser los docentes los que empecemos a creer que el giro puede llegar, y empezar a cambiar las cosas poco a poco. Como bien dice el artículo, es difícil y crea inseguridad e incomodidad caminar por unas aguas en las que uno no se desenvuelve bien, pero estoy seguro que con práctica, tiempo y sobre todo teniendo en cuenta las inquietudes del alumnado, estos proyectos llegarán a buen puerto. Creo que esto es importantísimo, y no puedo estar más de acuerdo con este párrafo del texto “ […]en la educación formal les decimos que dejen lo que les interesa en la puerta del aula porque ahora les enseñaremos las cosas importantes”, ya que a la vista está de que la mejor forma de educarles es vinculando esas aficiones con el contenido que deben aprender y desarrollar, creando un entorno educativo que sea irresistible para ellos y en el que quieran estar. Esta necesidad, no la pueden decidir ni políticos, ni personas ajenas a la educación, únicamente educadores bien preparados y que entiendan las necesidades de sus estudiantes.
Ahora toma mucha más fuerza la idea de que no podemos mantener un sistema educativo en el que se enseñe los mismo para todos, puesto que ninguna persona es igual a otra y por consecuente necesita las mismas cosas. Es un sistema que no encaja con las necesidades de hoy en día y se mantiene estancado, debido a que llevamos dos o tres décadas enseñando lo mismo y calificado de la misma manera, mediante examen. Aquí aparece otra frase del texto que me gusta mucho “de acuerdo, me sentaré aquí y tú me dirás cómo y qué debo aprender”, y de acuerdo con la reflexión que realiza el autor, esto nos lleva a perder la opción de gestionarnos a nosotros mismos, puesto que dependemos de lo que el docente nos diga qué tenemos que aprender y cómo.
Como conclusión decir que lo importante no es qué enseñas, sino cómo lo enseñas y la forma que tienen los alumnos de aprenderlo. Que los jóvenes sean capaces de llevar el control de sus vidas y de sus aprendizajes, en definitiva, gestionarse a sí mismos.
Aquí dejo el artículo para que podais leerlo si os interesa.
http://www.debats.cat/sites/default/files/debats/pdf/gerver.pdf
viernes, 7 de junio de 2013
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